Salta, salta la cuerda
salta a más no poder,
y si al saltar te enredas
entonces vas a perder.
Salta de buena gana
salta y no te rindas…
salta, salta, salta
brinca, brinca, brinca.
Saltando la cuerda
felices seremos
vamos a la merienda
y después saltemos.
Alejandro J. Díaz Valero