Sentado aquí, viendo correr los niños,
La inocencia mágica cubierta de alegría,
Su sonrisa más contagia mientras menor sean los años,
Pureza frágil, tesoro invaluable en cualquier tiempo0 de la historia…
Mi mente vuela la serenidad y felicidad me invaden,
Hermosas sensaciones por muchos pérdidas,
Dejándolas olvidadas en aquellos tristes, pesados
Y melancólicos caminos de la vida…
Más allá de aquellos inocentes juegos,
La juventud en flor, hermosa y delicada juventud,
Plagada de amor, ganas, deseos y ansias,
Sueños a roce de piel, imaginando poco su senectud…
Me encuentro observando lo más bello que existe,
Inocencia pura, fragilidad conjunta,
Belleza y amor a flor de piel,
Los padres que a sus hijos resguardaran,
Protegiendo a capa y espada evitando el dolor…
En aquel lugar… Ese pequeño parque,
Que desde infante recorrí corriendo, gritando
Y brincando de contento, hoy es diferente,
Hoy es mágico, veo la magia que en él vive,
El poder que corre entre sus pastos, arboles
Y aquellos viejos juegos, que hoy lucen diferentes…
Hermoso poder tan dulce, melosos y delicado,
Pues posee la fuerza de reunir al infante,
Al joven, al adolescente y al hombre mayor
Y no solo eso, si no que además comparten
Con gran alegría riendo juntos a la par,
Olvidándose por un momento del dolor,
La tristeza y el rencor… Cual si no existiera…
Nunca lo había notado pero cerca de casa…
Existe un mágico lugar…
Carlos R. Barrera