Si vivo,
si muero,
si el amor,
no lo puedo encontrar,
si mis pies son de barro,
a quien le puede importar.
Sobre,
de mi nombre,
plantaron,
una pesada cruz,
y mi apellido, ,
es sinónimo,
de soledad.
Vengo rodando por el mundo,
con una penitencia,
que tengo soportar.
El mar de mis lágrimas se secó
ya no me importa mi dolor.
Nací para sufrir,
y sólo yo,
debo cargar,
con mi dolor.
El amor no se inventó,
para mí,
quizás,
el que disfruté,
llego por desliz
y por eso,
muy poco me duró.
El que creí conseguir,
de mi se burló,
o quizás no la entendí,
porque el amor,
no se concibió para mí.