(Homenaje a Pita Amor)
“¡Hoy Dios no quiso venir!...
se fatiga de escucharme
y no es que deje de amarme
es que se cansa de oír.”
Miré su espejo que sube,
más allá, donde evapora
el asador de la aurora
lo cuajado de una nube.
Entre planetas anduve
queriéndole descubrir.
Casi pude deducir
la certeza de esta ausencia:
¡Dios, me negó su presencia!
¡Hoy Dios no quiso venir!...
Fue mi ruego la esperanza
de un mundo sin el castigo
de la hambruna. ¡Cruel abrigo,
que tortura toda crianza!
Hice un voto a la bonanza,
a la paz con el desarme.
Más, convino por dejarme
con las ansias de decirle,
parece que de pedirle
se fatiga de escucharme.
Quise que Dios le conceda
magna gracia al ser humano,
que pueda tender su mano
sin que importe una moneda.
Pedí que a este ruego acceda
para nunca atormentarme.
Sé que jamás va a dejarme
aunque me perciba inerme;
hoy, Dios no ha querido verme
y no es que deje de amarme.
Pedí a Dios poderoso
ilumine con amor,
cada vida y la labor
del esfuerzo decoroso.
Rogué por un mundo hermoso
donde se extirpe el sufrir.
Mañana podrá venir,
pues nunca deja de amar ;
si se agota de escuchar,
es que se cansa de oír.