Geovani

¡Bésame!

 

En mí, luce la noche sólo para ti,

como tantas veces, como cada anochecer,

escúchame, muero por abrazarte, por amarte,

mi alma arde por tus besos, no se cansa de esperarte.

 

Ven mi niña hermosa y blanca,

camina hacia mí, a mis brazos en ésta noche clara,

abrázame fuerte, antes de que sea de mañana,

bésame doncella, no quiero perder la esperanza.

 

Quiero sentir tu calor en ésta noche helada,

noche oscura, por tu presencia gobernada,

el ruido de la lluvia se escuchaba,

¡Te amo! Con fuerza mi corazón exclama.

 

Te has convertido en cada noche en mi anhelo,

la mujer que más adoro,

mi niña preciosa, cabello de oro,

ojos preciosos que tienen la bondad e inocencia del cielo.

 

Quiero escuchar nuevamente tu tierno acento,

una y otra vez, sentir en mis labios tu tibio aliento,

ven amor mío a donde estemos tú y yo solos,

para besarnos y amarnos poco a poco.

 

Ven, baila conmigo en nuestra habitación oscura,

quiero que se nos pase así la vida, amándonos,

entre la luz del día y el signo nocturno,

sobre la luna, besándonos en los anillos de saturno.

 

Mientras sobre nosotros brilla la aurora incierta,

¡bésame mi amor! Entre las flores despiertas,

entre los pétalos y las almas en armonía,

con todo nuestro amor princesa mía.

 

Bésame entre caricias de un amor sutil,

bajo las estrellas de cada noche de abril,

en idilio inefable, entre románticos suspiros,

bajo el cielo de topacio que contiene tu aroma que respiro.

 

Abrázame, cúbreme con nuestro amor que se vuelve fuego y pasión,

entre el lino blanco de las sábanas, donde nace la fuerza de nuestro amor,

acariciame, llename con la suavidad de tus manos de doncella,

deja que se desate el diluvio de pasión mi pequeña.

 

Quiero sentir el sabor de tus labios,

que salga todo el amor que tengo para ti desde aquí dentro,

amarte a cada momento, cada vez más, en exceso,

llevarte a los estratos de la tierra, llevarte a través de los sueños.

 

“Ven a mí, amada mía, para abrazarte en nuestro resplandor, en donde no tiene fronteras nuestro amor, donde nuestras almas se unen, se funden eternas y resucitan, en nuestra alcoba, a la oscuridad que a la pasión incita, quiero amarte eternamente, momentos que nunca son suficientes, lee en mis ojos, mi amor, la sombra del tiempo que ya se olvidó.”