Yo soy una más en la multitud, desconocida, mirando el nada, no soy poetisa, escritora. Nada tengo más que todos los mortales solo más salud, que muchos. Tengo un corazón, que vive para regalar, cariño, esperanza, ayuda, amistad.
Mis ojos marrón oscuro, que tienen verde bajo de luz intensa, mis manos para apretar otras, que las busquen.
E poco más. Desesperanza nunca me va a coger, no nunca.
Me dice que mí cara tiene un fulgor intenso, que viene de dentro, será, nunca me he fijado, poco é gastado los espejos mirándome.
Mi mirada está ocupada con los otros, con mi alrededor, con el pensamiento en el sufrimiento de tantos!
Con tentar comprehender como piensan los demás, seguro que soy yo que estoy equivocada.
Imposible ser tan distinto e tener razón.
Aquellos que con sinceridad, me dice cosas tan hermosas, que no merezco, les agradezco, sin conocerme siente mí alma, a flor de mi piel.
Quería ser poetisa, escritora, quería ser toda la multitud, pero soy solamente yo.
Una luz, que pocos sienten, una triste mujer, que pocos dan aliento, soy solo yo.
Por eso pido perdón por lo que escribo, por tanto espacio gasto, con mis quejas.
Mismo así quiero vivir, soñar, tener siempre esperanza e tener luz en mí mirada.
Más tarde seguro que alguien se recordará de mí con una sonrisa de cariño e me echará de menos quisiera ser una estrella que deja luz al pasar, e que iluminara tanta cosa, como los corazones de piedra, e los que cerraran los sentimientos de aceptar el amor, ofrecido, por quien se lo quiere dar. A todos agradezco, la fuerza que me dan con sus buenas palabras.
No merezco soy una más entre la multitud, una mujer sola, mirando sin ver nada, solo mí pensamiento, que no olvida mis amigos, los desamparados, los que sufren, los que no viven porque la vida no deja.
Caminando para la luz del amor quiero ir con la multitud, no quiero ir sola.