Somos frágiles, como recipientes
de vidrio claro, que se rompen.
Unos más locos, otros inteligentes,
y los que tras inmortales se esconden.
¡Oh! hombre, animal hambriento,
que por la vida ríe, y llora.
No eres sino un recipiente,
que se puede romper a cualquier hora.
LEOM KOLMNELA