Al andar en medio del bosque,
viendo como florece al tiempo;
a través, la lluvia de la tormenta;
al unisonó brota de lo profundo.
El lamento del alma atolondrada,
por la ausencia de tiempo clama;
más encuentra, a la lejanía, letra,
que deja huella y mucha calma.
O maldice el destino que contra,
se atraviesa como rescoldo, veda,
para unir el espíritu con el alma,
solo esa letra tranquiliza la vida.
Entre las ramas y nubes, alumbra,
los pasajes y paisajes, para hallar,
el encuentro de los amantes, solo,
para dejar sentir el latido deferido.
Susurro y aliento hoy compartido,
deseo de sentir el piélago unido,
entre brazos y manos, fantasma,
del amor acompañado, esencia.
Calma pide dentro, al encuentro,
ya dejara de ser utopía, el amor,
que en el periodo y la travesía,
separan, pero uniendo energía.