Siento que te debo algo
no porque me lo pidas
sino porque el alma también piensa
los momentos caen como gotas de lluvía fría
y despiertan los anhelos no cumplidos
la mañana de tus noches
quizás sean el ocaso de las mías
siempre hay algo que regresa
aún desde las cenizas
un paisaje, un perfume, una palabra
un rose en la piel que dejó marcas,
tan profundas y sensibles,
como las más grandes heridas
Siento que te debo algo
no porque me lo pidas
sino porque el alma necesita estar cerca
del aire que tu respiras