Una sonrisa en mi rostro,
tu llegada a dibujado,
se que sale de adentro,
y en él se ha acentuado.
Logras que mis ojos dancen,
al mirarme tiernamente,
y que también te abracen,
con agrado suavemente.
Mis mejillas se sonrojan,
con tus palabras hermosas,
y frente a ti me delatan,
y se que tu bien lo gozas.
Como una pincelada,
tu refrescaste mi alma,
hoy soy una afortunada,
me haz traído la calma.
No sé si eres real,
o solo estás en mi mente,
solo sé que eres ideal,
y mi alma te asiente.
Pareces tan omnipotente,
pero te miro y tu eres,
solo un mortal confidente,
hacedor de mis placeres.