Kaire

Relato de una despedida

Hilvano el hilo que nos aleja
sumidos en el regazo del tiempo
abrazando los minutos que adoso
al espejo de tu alma.
No puedo sembrar mi grito en el viento,
así me desterrarias al exilio de tu ausencia,
una semilla germina en mi interior
acechando mi efímera fortaleza.
Pero el quebranto de mis ojos
suena como mármol esculpido
en el interior de un alma despechada
arrullandose a la inocencia del olvido.
Las sonrisas se ciñeron de amargura en mi rostro
fundida con una canción de depedida,
se envuelven en espirales de dolor
al enterrar la verdad punzante en tus ojos.
Me despido de ti con un beso,
lleno de ternura y aflicción al dejarte
pues eres un todo para mi
el violín de mis mustias sonatas.
Busco el naufragio en tus manos
no hallando mas que la cruel indiferencia,
como una estrella fugaz
cruzando una vez mas el manto de estrellas.
Echo a correr entre torrentes de sollozos
entre de miles de suspiros vendados,
alicaídos al perder tu mano
en un monton de setas grisáseas.