Herrera Andreyna

"ROGE QUE HOY LLOVIERRA"

Roge que hoy lloviera,

para que cubriera

las huellas

de mi llanto.

La llovizna

menuda penetra

hasta la piel…

borra la sombra

de mi figura...

No faltó el granizo

que golpeó

hasta matarme.

¡Cada llanto!

es desconsuelo

de mi alma.

¡Cada llanto!

es un presagio

de la fatal agonía.

El alma sufre,

con los ángeles;

blancos y oscuros

que junto a mí lloran.

¡Hay que dolor!

¡Duele mucho!

¡Ya no puedo más!

Tal parece que mi corazón sangro

pero la lluvia de mi llanto

lavará las huellas,

mientras mis manos sepultan

mi alma.

Hoy los ángeles lloran conmigo

hoy los ángeles sufrirán conmigo…

¡Quiero escapar de aquí!

hoy nuestros ojos se suicidan

en llantos mortales.

¡Piedad!

¡que mis ojos sangraran!

y la lluvia se convertirá

en tormenta roja.

Y los lirios de mis labios

se marchitaran

al gritar.

Hoy en la lluvia termal

ninguna plegaria se escuchará

porque nadie tuvo compasión

de mi suerte.

Hay ángeles míos

hoy lloremos torbellinos de sangre

hoy cundo ya la desgracia

nos abraza.

Hoy cundo la insensatez duerme feliz,

hoy cuando la mentira ha ganado,

hoy cuando la verdad se encadenado,

hoy donde todo lo bueno se rindió.

Hoy donde estoy sola…

llorando con los ángeles

del mal y del bien.

Hoy donde los verdaderos hombres

perdieron su esperanza

y se entregaron a la necedad.

Hoy donde gozan las serpientes,

por haber envenenado,

para su placer.

Hoy lluvia de mi llanto

rompe el cielo en millares de pedazos

no hay besos frescos,

para este día

19 de septiembre,

cuando me privaron

el amor de mi corazón.

Hoy lluvia fatal

me das tu más sentido pésame,

por el corazón

desfallecido,

donde la serpiente me ha mordido,

para aprovecharse de mi otra mitad.

Más los ángeles me elevaran

para verte ahogada en mí llanto fatal,

¡Oh! serpiente muere en paz,

que ya todo terminará,

pero no se borrara,

tu asquerosa maldad.

Dieron fin a este milagro

mis ojos lloraran sangre,

mientras el crepúsculo fallece,

porque el sol ya no saldrá

y el mundo padecerá,

pero tarde se arrepentirá

de toda maldad,

pero el que más padecerá

y perecerá lentamente,

es aquel que haya

lastimado o matado al amor.

Hoy roge para que lloviera

esta desesperación,

que tortura a mi alma.