Roge que hoy lloviera,
para que cubriera
las huellas
de mi llanto.
La llovizna
menuda penetra
hasta la piel…
borra la sombra
de mi figura...
No faltó el granizo
que golpeó
hasta matarme.
¡Cada llanto!
es desconsuelo
de mi alma.
¡Cada llanto!
es un presagio
de la fatal agonía.
El alma sufre,
con los ángeles;
blancos y oscuros
que junto a mí lloran.
¡Hay que dolor!
¡Duele mucho!
¡Ya no puedo más!
Tal parece que mi corazón sangro
pero la lluvia de mi llanto
lavará las huellas,
mientras mis manos sepultan
mi alma.
Hoy los ángeles lloran conmigo
hoy los ángeles sufrirán conmigo…
¡Quiero escapar de aquí!
hoy nuestros ojos se suicidan
en llantos mortales.
¡Piedad!
¡que mis ojos sangraran!
y la lluvia se convertirá
en tormenta roja.
Y los lirios de mis labios
se marchitaran
al gritar.
Hoy en la lluvia termal
ninguna plegaria se escuchará
porque nadie tuvo compasión
de mi suerte.
Hay ángeles míos
hoy lloremos torbellinos de sangre
hoy cundo ya la desgracia
nos abraza.
Hoy cundo la insensatez duerme feliz,
hoy cuando la mentira ha ganado,
hoy cuando la verdad se encadenado,
hoy donde todo lo bueno se rindió.
Hoy donde estoy sola…
llorando con los ángeles
del mal y del bien.
Hoy donde los verdaderos hombres
perdieron su esperanza
y se entregaron a la necedad.
Hoy donde gozan las serpientes,
por haber envenenado,
para su placer.
Hoy lluvia de mi llanto
rompe el cielo en millares de pedazos
no hay besos frescos,
para este día
19 de septiembre,
cuando me privaron
el amor de mi corazón.
Hoy lluvia fatal
me das tu más sentido pésame,
por el corazón
desfallecido,
donde la serpiente me ha mordido,
para aprovecharse de mi otra mitad.
Más los ángeles me elevaran
para verte ahogada en mí llanto fatal,
¡Oh! serpiente muere en paz,
que ya todo terminará,
pero no se borrara,
tu asquerosa maldad.
Dieron fin a este milagro
mis ojos lloraran sangre,
mientras el crepúsculo fallece,
porque el sol ya no saldrá
y el mundo padecerá,
pero tarde se arrepentirá
de toda maldad,
pero el que más padecerá
y perecerá lentamente,
es aquel que haya
lastimado o matado al amor.
Hoy roge para que lloviera
esta desesperación,
que tortura a mi alma.