MIS DÍAS
Bajo la sombra de un viejo árbol de tamarindo
hago una retrospección de los días vividos,
Y escuchando entre sus esmeraldas hojas diversos trinos
me voy a un viaje imaginario a la infancia y hasta los demás años recorridos,
donde alimentaron mi cuerpo con el pan amasado
por hábiles y amorosas manos de abuelas,
y también disfruté de la espumosa caricia
de ese líquido blanquecino que fortaleció mis huesos,
que a diario me llevaba mamá en mis días de escuela.
De ella, quizá heredé esta sensitiva manera de ver mi entorno,
al escuchar el canto de la alondra, el aleteo del colibrí o el color de las rosas.
Mi padre, siempre visionario me regaló un par de alas…
para levantar el vuelo a la aventura,
en mi formación en las ciencias, más no esperaba
que a mí me gustara tanto la literatura.
Me volví universitaria y la vida me hizo quedarme en ella
No he podido irme, aquí me quedé… a enseñar un poquito de todo,
sin darme cuenta, ese juego de maestra siendo niña se convirtió en mi realidad.
En mis años mozos, fantaseaba en la clase de historia
con conocer los grandes imperios:
griegos, romanos y egipcios, ya con mis alas más crecidas …
un día esa fantasía se hizo vivencial
al conocer vestigios de esas civilizaciones que dejaron emperadores,
poetas y filósofos y con ellos entré a los misterios
de las musas que vivían en mi imaginación.
Y heme aquí día tras día observando el mundo, cantándole a la naturaleza,
al amor y también a las tristezas.
A veces me gana la nostalgia y voy recordando los años pasados,
esperando dejar en cada paso alguna huella.
¡GRACIAS A TODOS POR CONTRIBUIR EN EL RECORRIDO DE MI VIDA!