Tiempo que en mi fallece,
tiempo ido y añorado,
varias veces acariciado
cuando todo se había ido.
A ratos vive en mi olvido,
a ratos en mis arrebatos.
Sus señales cuelgan en mi rostro
y sus encantos en mi memoria.
Tiempo de barba canosa,
que arrastra mi historia,
algunas veces luminosa.
Tiempo que se hundió en la sombra
con días de arrepentimientos
en las horas sin alientos
por haber vivido en la penumbra.