La lluvia es fría y sin sabor,
siento el acoso de este barro húmedo,
la desnudez de la piel me desespera,
nadie en el rancho canta con amor,
porque aunque todavía te quiera
sé que te he perdido para siempre.
Soy como los muertos sin tierra,
lúgubres flores que desaparecen,
soy la noche sin estrellas,
la amargura de una sombra.
Soy el infierno que se aferra
a la mujer que mi locura nombra.
La mujer se cansó de todo,
se fue a vivir con sus tristezas ,
se llevó a su niño, se fue alejando.
Yo..., a veces la pienso, la adoro,
pero..., ella gritó desde la puerta:
\"esto no es vida, Lorenzo, me voy...\"
Todas las gotas se van arrastrando
como mis lágrimas muertas.