En las tardes noches
de verano,tu voz
se cuela por
los pasillos de mi alma.
Crees saberlo todo,y no sabes nada.
Crees que uno y uno son dos,y te equivocas.
Me he cansado de usar alcohol
en mis heridas.
Estoy harta de limpiar mi alma, cada vez
que depositas esperanzas en ella.
Cada vez que me sonries...
Así que ya está anocheciendo,sube a la azotea,
quizá salga alguna estrella.
Mírame entonces a los ojos,piérdete en mi vacio,y dime
si estás equivocado.
Dime por qué no hay estrellas para mí,
ni alcohol para mis heridas,ni veneno para mi muerte.
Dime que eres tú.