Si digo amor te estoy nombrando,
como te nombran mis pequeñas cosas,
las cosas de mis días y mis noches,
los pasos de mi andar por las callejas.
Tu nombre se mezcla con las brisas
que la mañana enreda entre las rosas
y baja lentamente hasta rozarme
con sutiles besos de la aurora.
Si escribo amor a ti te escribo,
en la página blanca de mis versos
para saberte cerca, para sentiré mía,
más allá de todo tiempo, más allá de las fronteras.
Porque describo en poesía tu sonrisa,
y el brillo que se anida en tus pupilas,
porque es tibia tu piel en mi poema
que se arrulla a soñar sobre tu pecho.
Si deliro amor, por ti deliro
con ilusiones que se lleva el viento,
como se lleva los retazos azulgranas
de la tarde, la lenta llegada de la luna.
Y hay delirios que parecen astros
iluminando las trazas del sendero,
que llegan de tus mares a mi lecho
cual latidos de cielos extranjeros.
Si digo amor, si escribo amor,
si amor deliro, es mi corazón
por ti viviendo, silenciando los gritos
que te llaman y lloran en cristales
de neblina. Sólo queda cantar a la alegría
de amarte y saber cuánto me amas
y abrazar tu figura entre los sueños
que se esconden en lo oscuro y en mi almohada.
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