Soñé que la alegría
vivía conmigo,
que era dueño
de un bello jardín florido.
Que era amigo
del roció
y que de noche
me arrullaban,
titilando los luceros.
Soñé que las mariposas
en mi paraje de quimeras
anidaban
y con sus suaves alas
el jardín de la ilusión
abanicaban.
Sentí como
la brisa traía consigo
el perfume del universo,
y exploré aferrado al ala
de un halcón
los páramos andinos
y con los colores
de la alborada
me elaboré un bello abrigo.
Quiero dormirme de nuevo
para soñar que la alegría
vive conmigo.