Para encontrar la verdad
la fuente del saber busqué,
con abrasadora sed,
con afán y fé sinceros,
por rebuscados senderos,
indagué e investigué,
y confundido me extravié
en oscuros laberintos.
Probé caminos distintos
amé la filosofía,
abracé la teología,
pero toda esta experiencia,
no serenó mi conciencia,
y triste fue hallarme un día
viendo mis manos vacías.
Mas, no me di por vencido,
y de mi interior abatido
una intuición fue naciendo:
"que todo el conocimiento
es ignorancia instruída,
que el Amor en esta vida
da la esencia al existir,
y que en dejarlo fluir
está la sabiduría"...