Fué al mercado de usados
a conseguir un amor que le faltaba.
No pretendía mucho,
tal vez, que hablaran algo,
que fueran consecuentes
y que garantizarán mirar hacia adelante.
Buscó,
buscó por todas partes,
y revolvió la noche por todos los rincones;
con la sonrisa amplia
y el corazón temblando.
Después de ver ofertas
de saldos y ocasiones,
y sólo oler esperma en ojos de mirones,
se acomodó la blusa un poco más arriba
y resignó la noche que ya estaba perdida.
Sacó de su cartera la consumición gratuita
mientras sobre su oreja la madre susurraba:
"Mejor es estar sola, hijita.... que mal acompañada."