Quédate un momento,
alma desierta y escucha
el sonido del viento llenarte el alma
de ternura.
Te perdiste en el espanto del sol
mientras te amaba,
pájaro herido
sin recordarte de mí
- de mi mundo sumergido
contigo.
Podía pero no pude dejarte las manos,
sola en todo el mar te sentí mío.
Las piernas paralelas en pasos nuevos,
mojándome las lágrimas de humo.
Amor de tantos vientos emigrantes
esfúmame la vida sin medida y
llévame en silencio al sitio tuyo,
sin más tener en cuenta mis manías.