Mira a los que estan abajo, no lo estan porque lo quieran,
estan ahi porque el peso que soportan de sus
sufrimientos es mas pesado que sus cuerpos,
estan ahi abajo porque alguien movio los hilos del piso
y los hundio con la insolencia y el odio sin mirar fronteras.
Mira a los que estan abajo, les han robado el alma y sus sueños,
les han castrado la sonrisa a los niños desplazando sus miradas
donde solo reina la desesperanza y el olvido, donde solo queda
eL rastro de la tragedia marcando en cada paso soledad y muerte.
El sol no brillara para ellos mientras arriba alguien gobierne
sus destinos y sus vidas apunten a la felicidad de otros.
Las mañanas no tendran el color de arco iris ni los bellos paisajes
cuando el sol contraste con la tarde en el ocaso.
La quebrada ya no llevara sus aguas a los ríos ni estos al oceano
porque en el camino otras aguas las tiñeron de roja sangre de
vidas inocentes.
Entre vivir y morir hay un abismo enorme, pero aqui no se sabe
porque la vida convive con la muerte a diario y en cada suspiro se
nos va sin darnos cuenta, sin darnos oportunidad de nada, sin
importarle a nadie.
La ilusion como la esperanza son simbolos espirituales que
acariciamos a lo largo de nuestras vidas, pero cuando en los sueños
nos evaden porque estan presos del temor de ser atacados,
entonces nos encerramos en un mundo involuntario donde solo
habita la soledad y el oscurantismo.
Pero la suerte no esta echada, solamente abracémonos todos en una sola voz
de aliento y traspasemos las barreras del miedo que nos atan y digamosles
que basta ya, que el sol no les pertenecen ni nuestras vidas tampoco,
que las cadenas que nos atan no las reconocemos como una forma
de vida y que las heridas causadas por el dolor y el hambre no sera nuestra fuente espiritual.
Digamosles que mas alla del sentimiento de ser libres
hay una fuerza espiritual que nos invita a romper las cadenas que comen
nuestros huesos y atan nuestras vidas a la miseria y a la pobreza,
digamosles ya, que de aqui no pasaran porque el cerco se les ha cerrado
y solo dejaremos entrar en nuestras vidas la suave caricia de la igualdad
y la mesa llena de comida, digamosles ya que no es tiempo de morir es tiempo de vivir