Era verano de flores al viento,
de suave brisa, canto de sirenas,
tu voz, tus caricias que a paso lento
colmaban deprisa mis ansias plenas
de amarte mujer, con el fuego intenso
del primer amor de la luna llena.
Con las nubes tristes llegó el otoño
así, de pronto, tu perfume frágil
se hacía ternura fresca en mi piel
y en tu vientre virgen surgió el retoño
del amor de un hombre por una mujer,
se casó conmigo en aquel invierno
encontré en ella la luz verdadera,
de la princesa de todos mis sueños
que regó con besos mi primavera.