Tan mia eres como el naranja crepúsculo
que se adueña de mi cielo paseando en cada nube/
Cuando mi voz viuda te reclama al viento del día
la brisa trae tu canto de alegoría/
al encontrarse nuestros ojos
A través de la palabra,
En la mirada de las cañas
Pasa el velo su hora aromada/
Nos roza la noche preñada y reconozco
tu pronunciar de flor y piedra caldera/
Contigo la pasión del bosque
y la barca mecedora de la ola
iluminan el sentido de la luciérnaga,
La colosal luz de sus anchas farolas
irradian sus espectros de lúmenes/
Recoges el fondeo de mis peces de ojo
y la flor del loto acumula su camada anidada en tu ribera/
A mi boca le das el sabor dulce de la uva
en tu país de labios y racimos sanos/
¡Oh, amor de siega!
La magia tuya rapta mi tiempo solitario,
me retorna el rumor del cereal y
en tus labios de melaza gritan mis sueños
y caminan los rojos girasoles del atardecer/