Renace en el punto más distante de mi amor
la flor de una nube atormentada
Y se destaca nítido en el fondo
un paisaje paradojico, nostálgico, maniático.
Me lleva los perfumes del silencio, tu nombre.
Tu nombre que perfuma de romero, plácido y claro,
cerro sagrado donde se pierde el sueno
el sueño entero del mar en un tiempo olvidado.
Me miento en este momento desesperado de viento
me pierdo en la neuralgia que me toca la vida
y la razón.
Corazón travieso,
no es delgado el vapor que me aturde la mirada
y no te pide nada el agua que te inunda las arterias
de tristeza.
( Se ahoga la tarde y desboca la noche en mi boca si empieza a quedarse alegre la soledad )
Se me fué la tranquilidad con las últimas horas,
olas que me llenan la boca de hojas secas.
Yo- Yo y mi disparo extremo en el espacio
Si sólo yo supiera rozarte despacio
el rojo de la caída que me llueve encima
me dejaría respirar con otro ritmo.
Te pido perdón, me perdono. Te lloro todo lo que quieras.
Me como tus latidos violentos y mis pasos lentos,
que si vamos juntos, a tiempo, nos dejará beber el cielo
la música de otros momentos.
( En un día donde el viento ha inventado mi entrega que me entre por los ojos tu claridad desnuda )
Apura tu excusa- PAUSA- pausa.
PREGUNTA.
Qué importa si es frágil mi andar por el mundo,
Qué importa la niebla y la arena en el alma,
La mirada aturdida y los huesos de harina?
Las horas ya se fueron todas.
El día se fué con la fe y sus espejismos.
El aire me abandonó en el techo de los recuerdos y
El fuego me quemó la voz
y la extremidad del sueño.