Anidándose va la poesía, hacia un circo de vanidades
Donde presumidos Arlequines,
giran erráticos sobre carruseles en llamas.
Vanidad de vanidades
endiosamiento marchito ;
paradójicas lapidas ya deslucidas,
tumbas detenidas en su oquedad,
y viejas vasijas, ceñidas, ligadas de amor ,
de muerte, de amnesia y
extravío
Una vez acarició sus fronteras de cristal,
Acantilados ..y agrietados paisajes
de caótico y confuso desenlace.
Dueña de si …Abrió su pecho a dentelladas,
Y un Corazón de sangre inalterable,
Palpitaba Cerca o lejos…
prisionero de la sinrazón,
¿Reencarnación? o ¿apatía?
El tiempo sucumbe aniquilándose
Poco a poco en el espejo.
¿Pompas de exterminio?...
O sonámbulos gladiolos,
que descansan frente al mar atardecido.
La atmosfera…es perforada de rojos y de azules,
que se amalgaman en un pensamiento erótico- tanático,
sobre pieles de sal, genésicas- fanáticas
y azafranes de yodo, excéntricos- lunáticos,
las carnes
sienten, aun cuando nuestra voluntad se opone,
¡feria de fascinaciones!
y una puerta… abierta,
hacia algún lugar de la memoria,
Allí, donde el fuego y el agua se funden,
Y se confunden sumergidos
en el idioma de las percepciones,
prisioneros del umbral de la mirada,
trasponiendo los límites de la fragancia
devorando el pensamiento,
y renovando el resplandor ,
en la alada soledad del juicio y la razón,
Las teclas
cantan con melancólico entusiasmo,
amorfas multitudes se alejan entre
murmullos consonante
Y la esencia vocal de estas letras…
no es la eclipse que insinúan,
sino la sombra que proyectan.
Reliquias fósiles, estallan en mil pedazos
sobre una abertura apartada del espacio
Cálidas mareas rugen como pactos de cera
Y una vibrante luz,
traspasa la doliente piel de sus labios
Sobrevivientes del éxtasis,
Mensajeros de los suburbios,
disparados por un mundo atómico e indivisible
lacerado de oscuros sueños,
emperadores ,soberanos de cada encuentro.
Refugiándose en fríos templos de gris acero,
como grandes porciones de espacio,
en pequeños fragmentos de tiempo.
Una alucinación baila engreída,
susurra nombres fugitivos,
clama cazadores furtivos
esclavos subyugados de antiguas batallas,
se edifica sobre círculos digeridos-
en el anestésico rocío afrodisiaco ,
ingerido en la calígine del crepúsculo,
se viste de cordura ,se confunde con la razón…
tiene miedo del miedo ,
y de volar como las gaviotas.
De la brisa que agita la tristeza,
Que desnuda los árboles
corriendo como niebla por las venas,
vistiendo las calles de hojas secas,
y latiendo en las manos, entre adelfas y estrellas.
Por las aceras de su piel, rondan migajas de locura,
Navegando a la deriva y Herida por la pluma …
Va hacia un manantial de misterios,
Obligándose a escribir entre el clamor del viento,
exigiéndose palabras que sanen y construyan.
creo que hoy, habrá de morir como poeta
un momento siniestro se apodera lentamente de sus letras
y una cierta melancolía, oprime indiscreta y sin piedad,
descansando sobre los parpados reclinables y giratorios de
sus abismos.
giros de ruedas.. necesidades que se modifican rodando,
girando, rotando, fotográficamente distantes entre sí,
agitando de fondo una armónica melodía
que no es más que una pena sonando oxidada
en el anónimo y callejero ritmo, de una cantinela
de ocasión
giros…de la rueda de las vanidades
de un tiempo que enseña a olvidar,
donde la soledad tiembla, se acomoda y derrama su voz.
Entre Las sombras, que debieran amalgamarse por destino
Estas! que aún permanecen inertes
e indiferentes sobre el escenario.
Si existiera una letra.
O un nuevo abecedario en el para-universo del sentir
se agitaría la pluma, con tinta de la existencia del no ser
vibrando en la piel ,desvivida del vivir ,
renacería la palabra ,que en una aguda punzada ,
hoy se escapa de estas manos desvaídas y extraviadas.
No existe para el amor, la locura o la muerte,
ni pasado, Ni futuro perfecto,
Solo quizás, el vuelo amanecido del silencio,
O un instante eterno,
mientras se besa algún recuerdo,
Codiciosa y sigilosa es la muerte de la inmortalidad,
Que se oculta en el hambre de la desmemoria
Siempre
En retirada o al acecho,
Padece sed perpetua de olvido,
Extranjera y de rodillas, rasga su poesía,
Y en un soplo de aliento que se evapora,
Se disuelve, sin rastro ni rostro
En un soplo…al borde de un precipicio,
cuyo abismo es el cielo,
y el suelo, es donde florecen sus versos,
este es… el viaje inclemente,
por los recodos de la mente y el yo perpetuo.
con las pupilas licuadas por el pulso y por la fiebre
por la vigilia que golpea la cama que aún espera,
se siente así , la certeza de haberlo poseído todo,
la casa, la alfombra,
las manos y las cadenas,
los huesos y los huecos,
su delirio…y el voraz tiempo muerto que lo circunda,
que se teje en las redes de la madrugada,
con el pálpito casi inmóvil
y el sudor de sus orillas más lejanas,
los trasfondos se materializan ante si,
como llaves huéspedes de esperada indolencia,
en estas ígneas líneas insomnes,
de estival cordura y de creciente ausencia .