Sangra, el
ojo sangra
Que tenue es
la levedad de tu esperanza
Rojo sangre,
halo sublime…
Sí, una vez
más
El sol cayó
derrotado
Tu cuerpo es
un féretro
Donde tu
alma se desvanece…
Y no
confundas esa voz
Que cae del
cielo...
Aunque esa
voz se parezca a la de dios…
Escucha sí…
el eco de tu alma quejumbrosa
Que un nuevo
sol nacerá
De su
aliento de derrota…