"Quiero una querida que no quiera preguntar,/ que no revise mis bolsillos a ver qué traje,/ que no esté detrás siempre de mi celular,/ ansiosa por leer mis mensajes".
Voy a buscarme una querida sin reproches
Y tengo mucha necesidad de encontrarla ya,
Una que sepa bien cómo alegrar mis noches
Cuando furiosa me mandes a dormir al sofá.
Una querida que me aguante, que me soporte,
Que si habla de la novela no alargue el debate,
Que si acaso me acompaña a ver algún deporte
Nunca se le ocurra comentar algún disparate.
Una que no quiera sólo tenerme sometido,
Que me dé plena libertad, que me deje ser,
Que una noche hasta del fruto prohibido
Ella muy gustosa me permita comer.
Quiero una querida que me sepa llevar,
Que conmigo sea muy dulce, cariñosa,
Que siempre esté muy dispuesta a dar
Todo aquello que no me des tú, esposa.
Quiero que me mime, que me consienta,
Que me haga sentir mucho que soy su rey,
Que no espere que pague yo la cuenta
Ni que pedirme dinero sea su única ley.
No soy racista, de eso bastante me alegro,
No me importa si esa querida es negra…
Será mejor todavía si no tiene suegro
Y claro, ideal si tampoco tiene suegra.
Una que nunca me llame a mi oficina,
Que jamás reciba de ella amenazas…
Que no desconfíe de la bella vecina
Ni vaya corriendo a chismear a otras casas.
Que su comida sea lo mejor que he comido,
Que con alaridos no dañe mis canciones…
Que se conforme con su hermoso vestido
Y no quiera ponerse mis pantalones.
Que cada día que con vida amanece,
No sea yo de sus críticas el blanco,
Que no sea la que sólo se interese
Por la cuenta que yo tenga en el banco.
Que no crea que yo por casualidad soy
De aquellos que dicen cosas dormidos,
Que si acaso durmiendo profundo estoy
No me despierte con sus ronquidos.
Por último, como una irónica cosa,
A mi esposa le agradeceré de por vida,
Porque si no existiese una mala esposa
Tampoco podría existir una querida.