Dime luna,
luna romancera,
que escuchas poemas
en la madrugada
y escondes caricias,
en mantos de estrellas,
sin nubes que oculten
lo que dentro encierras.
Dime luna,
luna romancera,
que en la noche oscura,
sembrada de perlas,
tú a mí me enamoras
con mieles de abejas,
aguijón maldito,
que hiere y que quema.
No habrá más poeta
que yo en esta tierra
que siembre poemas,
sin rima y sin letra,
que engendren más versos
de mi luna llena.
Dime luna,
luna romancera,
que juegas conmigo
y llenas mis venas
de tinta de amor,
de palabras huecas,
que te hablan al son
de mis castañuelas.
¡Ay, luna gitana,
luna romancera!
Dame tú ese amor,
que el sol ya se acerca.
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