No hay perdón
donde el hambre
surge y se subleva.
Estómago opaco
y ruidos del hambre mía.
Y una esperanza surge
al soñar con manzana nueva,
pues las podridas ya ni sabor conservan.
Fruta cortada del árbol de la ignominia.
Triste irresponsabilidad y sin compromisos
gobiernan para olvidarse del necesitado,
mientras otros desfallecen de alimento.
Hay latentes corazones en abatimiento,
que escuchan pasar los días llenos de lamento.
Arde y en la leña de los fuegos rojos
no hay perdón para los que ignoran el hambre.
Castigarán a los irresponsables por piojos
y sus fechorías serán violentadas por un enjambre.