Días duros de trabajo, llenos de pesares,
La sangre brota y corre por todos lados,
El silencio se ve quebrado bajo el latido,
De las armas embravecidas, solo dinero,
Es lo que quieren los hombres decididos.
La sociedad clama, paz no más violencia,
Los políticos, solo desean sacar provecho,
Mientras el pueblo busca estar a resguardo,
Los militares, marinos y policías federales,
Salen a dar su vida, por tratar de dar calma.
Y se olvidan de la familia, y olvidan la vida,
Por meses desaparecen de solo para dar,
Lo único que tienen, ese amor oportuno,
Para sus hermanos, por su pueblo querido,
Seguir luchando contra la delincuencia.
Y valdrá la pena, cuando sus peores enemigos,
No tienen armas ni granadas, solo están atrás,
De las cámaras y maquinas, derrochando culpa,
Mientras comentan las noticias, de las víctimas,
Como si las fuerzas federales, fueran enemigas.
Y llenan de gritos la antesala de las cámaras,
Y los editoriales, piden el resguardo nuestro,
En los cuarteles, como si fuera la medicina,
Para que los delincuentes, dejen de atacar,
A la población indefensa, que nos pide vida.