Contigo fui el más grande de los héroes.
Siempre viviste sola,
Porque, sin tu saberlo, vivías en mi.
Tu pelo indígena y ensortijado jugaba, entre mis dedos,
Así durante treinta años, con mis propósitos.
Contigo nunca más tuve veranos;
Mis playas se dibujaban vacías
En otoños de tango y brezo.
Contigo nunca existió el olvido
Porque he estado refugiándome
En tus grandes ojos de luna.
Escribí poemas que sobreviven
Frente a esa ausencia tuya
Que es presencia en mi alma.
Cada día siento mis labios junto a los tuyos
Y me sonríen los ojos cuando tu aspiración
En mi boca mantiene el sabor.
Contigo he dormido en las espaldas
De otra mujer que no debió estar.
Contigo fue lo que nadie
Pudo ser.
He compartido cada febrero
Con la lejanía de tu mirada,
Poco me han importado mis cumpleaños felices
Porque nunca cumplí sin ti y contigo.
Ay amor, contigo…
Contigo he hecho tantas veces el amor
Y en tantas camas diferentes
Que mi corazón no tuvo que implorarte jamás.
Contigo no moriré
Porque desde aquellas tres horas
Yo mismo me maté, contigo.
Antonia Ceada Acevedo ©