Panteón en el que yaces.
Lo visito a diario, le hablo, creo que a ti.
Aunque no sé si habitas ahí.
Al marcharte, mis creencias se hicieron vanas.
Todos mis parámetros se desvanecieron,
y quedé vacía, sin Dios,
pedestal de seguridad infinita,
de creencias que ya no están.
Así me encuentro: vacía.
Sólo amor tengo en mi corazón,
y dolor en mi alma.
Graciela Noemi Ricava
Azulenlanoche
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