Andrés Mª

SEVILLA, MI AMOR, SEVILLA

¿Quién te alumbró en las orillas

del río Guadalquivir?

¿Fue la luna con sus besos,

en una noche de Abril?

¿O los ángeles del cielo,

que tejieron un tapiz

de monumentos, de historia

y lo colgaron allí?

Yo no sé quién te ha pintado

de ese suave carmesí,

que se dibuja en tus torres

y te hace a ti sonreir…

¿Fue el Sol quien con su fuego,

te ha manchado de Carmín?

Tienes cara de gitana

y tu sonrisa es feliz…

y tu cuerpo huele a rosas,

a claveles y jazmín,

que explosionan en tus patios

con canciones de aguas mil.

Y tus calles son las cuerdas

de ese viejo violín,

que compone melodías

con acento magrebí.

En tus plazas y tus parques

tú destacas tu perfil,

de naranjas y limones,

con atractivo febril,

que cautiva y enamora

con hechizos de elixir.

Son tus ojos de azabache

los que quieren descubrir

tus orígenes… tu cuna…

¿Fue romana o berberí?

Tus cabellos  palmas de oro,

que al viento le dicen “sí”…

y éste los besa y abraza

con amor y frenesí,

arrancando de tus rejas

los perfumes de alhelís,

que escondidos se despiertan

con salmodias de almuecín.

Sevilla, mi amor, Sevilla,

tienes nombre femenil…

Este poeta hoy se atreve,

enamorado de ti,

a cantarte este romance,

como un leve balbucir

y decirte… que te quiero

y te adoro hasta morir.

 

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