daniellito

CANCIÓN AL SUFRIMIENTO:


 

He aquí, escucha el bullicio del mundo monótono. 

Llenos de granos de arena sometidos consensuadamente por las olas del mar. 

Enrumbados hacia un estéril fin, con estúpidos errores y actos sin sentido.

 

 

Aunque, allí en un gozo mentiroso permanecen puntos en el horizonte

Que en silencio claman su espíritu inmortal.

Demandando la claridad de lo bello y sustancial.

 Inentendidos y rechazados por sus obras expresivas de poderosa sensibilidad.

 

Quienes a primera vista no se entienden y no se entenderán.

Vivir en una eterna paz en la cabeza.

Donde miles de pájaros revolotean tratando de escapar.

Cómo buscando un imposible o tratando de resolver una incógnita.

Formándose un muro tan grande como la oscuridad.

Que no acabara hasta encontrar respuesta .

Al laberinto que nos guía pero no lleva a ninguna parte.

 

 

 

El problema es la fraterna agonía al construir corazas.

Escudos que te hacen pertenecer a la convencionalidad.

Así y solo así moraras entre aquellos quienes a pesar de caminar vagamente.

Por esos senderos desinteresados de lo falso y superficial.

Los aceptas para no morir y los aprendes a amar para no morir.

 

Padeciendo como una roca sumergida en el agua.

En lo más incognito de nuestro ser.

Donde miles de estrellas te ciegan en una aurora tardía.

Alejándote de los rostros que día a día vislumbran la propia existencia.

Como estar perdido en la muchedumbre o como estar acompañado en la soledad.

Que carcome cada punto transitado por la vitalidad.

Llevándola así a las tinieblas, donde la noche es eterna.

Aun cuando la luz prevalece solo en los seres vendidos por la conformidad.

 

 

Pareciendo que el universo te manipulara por sobre los hombros.

Señalándote a cada momento marcándote y abatiéndote.

 En un lodazal lentamente hasta hundirse cada vez más rápido en la desesperación.

 

 

No quedando más salida que residir allí adentro.

Estando solo tú.

Esperando el encuentro con el fin obvio.

Y no se tenga más remedio que rendirse y aceptar.

Similares a mediocres conformistas. Quienes no visualizan más que su patética esclavitud hacia lo vacio.

Como hipnotizados, tales zombis sin rumbo.

Ignorantes sin poder entender sobre lo entendido y sin poder ver sobre lo obvio.

Achacando su existencias a seres esclavos del tiempo y el espacio.

Que no vacilara en acogerlos hacia lo inevitable.

 

Mas ya no se puede

Luces incandescentes

Millones de altavoces

Torbellinos espinosos

Bosques de tristeza

Montañas muertas

Pálidos mares

Soledad, soledad

Maldita soledad

¡Y aquí acaba!

 

 

 

OSWALDO DANIEL AMAYA