RICARDO ALVAREZ

ESPACIOS VERDES - de anuario

 

 

Por la doliente pradera respiraba

la tierra sus costillas de árida tierra/

Venia el cielo preñado de huecos

entre los espacios donde las nubes

acunaban sus polluelos/

 

Las libélulas del viento andaban como dados...

Y yo...

Como el antiguo shaman sabio,

conocía el lenguaje de la piedra y la hierba/

Ya había entrado al bosque

donde el lirio y el alerce

enseñaban sus secretos de antología/

 

La luna aullaba al antiguo bosque su melancolía

con la clamorosa voz del lobo/

Todo desnudaba su alma serena

 y en las hojas densas de los siete caballos dorados

el agua envolvía la estática naturaleza/

 

Dulces fresnos habitaban mi oído,

como si la cítara soñara con las violetas

y su cordaje envuelto con hilo sagrado de seda,

tejía su música de perfecta telaraña

cuando el viejo roble seguía parado

como las rosas eternas mojadas

rociadas por alguna oculta ciencia/