Luis Rayo

COMPAÑERA DE VIAJES

 

Después de caminar tanto, tú presencia

en la noche hizo que tu figura fuera

cada vez más intensa, sentía como me seguías

y te veía y no estabas tensa.

 

Te agradecí en silencio tu compañía,

tú sin saberlo ignorabas mi añoranza,

por de más quería intentar estar más cerca,

más  tu grandeza me lo impedía y a la distancia

que estábamos, tu imagen fue mayor que la mía.

 

Volabas alto y sin embargo me acompañabas,

girabas entorno de mi solitaria alma,

y mi ilusión llegaba hasta el resplandor

de tu tierna y azulada luminaria.

 

Sólo las nubes negras que cruzaban

nuestros destinos, hacían que por instantes

nuestra cercanía se diluyera.

 

Los días fueron una tortura, hicieron que sufriera

lentamente, pues no te veía a pesar de tu presencia.

Así pues, angustiosamente me fui despidiendo,

las horas taciturnas cayeron en los sueños,

Pero nunca en los ríos del olvido

que caen como cataratas en las ramas del olivo,

y se enraizan en las profundidades de lo vivido.

 

¡Oh luna! de mis amores de siempre,

compañera de viajes insospechados...

ayer sembré amorosas rosas en tus jardines,

hoy vivo bajo el influjo de tus suspiros.