Amada y Querida Tierra:
Quiero expresarte mediante prosa la nostalgia que siento al verte tan devastada. Primero que todo desearía poder hacer algo para que las personas tomaran conciencia, pero a veces siento que sería inútil pues muchas personas no le prestan atención a una niña como yo. Quisiera que esto que digo no fuera solo palabras y poder hacer algo para acabar con toda la destrucción que el hombre hace sobre ti.
Hoy en día los árboles son derribados, el agujero de la capa de ozono es cada vez más grande y siento un gran tristeza al ver como transcurren los días y aún la gente no comprende que si no hace nada, la raza humana puede llegar a extinguirse; recordemos que cosas como el calentamiento global, la falta de alimento y vandalismo está tocando nuestras puertas y sin darnos cuenta le abrimos.
Eres lo más bello regalado por Dios; lo que se ha dado para que los videntes te contemplen a simple vista y los oyentes escuchen mientras meditan sus pensamientos. Deleitarme con la hermosura de paisajes que tienes tú, mi precioso planeta tierra, es como irme a un lugar pacifico, lleno de tranquilidad, en donde todo es paz y sigo diciendo que debemos hacer algo para revertir que la mano de hombre destruya toda esta hermosura.
Sé que tienes vida, pues si no fuera así las placas tectónicas no se movieran, no existirían animales, ni plantas, es más, los humanos no existiríamos; esto fuera tan solo nada.
Dios nos dio algo tan valioso para que sepamos convivir, pero eso de que somos civilizados se nos está olvidando, porque destruimos algo tan resplandeciente como la naturaleza, debemos cuidarla y recordar que todo daño hecho hacia la tierra será devuelto a quien lo hizo, pues tiene vida y es vengativa.
Una terrícola más
M. BIERSACK (SEUDÓNIMO)
Autora panameña de 13 años