Sabes te iba a decir:
No sé, ¿ cómo sucedió?
Pero; ¡mentira!
Esa fragilidad tuya,
Esa mirada suave y profunda
A la vez,
Con esos ojitos llenos
De amor y dulzura.
Me atraparon,
Sólo quisiera conocer
Si padecer igual tienes,
Para darme cuenta dónde fallé.
Oh, si yo pudiera ser también
Tú espejo. Y ver dónde fallamos,
Si la vida es una escuela
Llena de enseñanza.
¿Por qué nos tocó aprender
De ésta manera?
Acaso somos descarriados
Y estamos perdidos?
Esos ojitos me dicen,
Muchas cosas y cosas bonitas,
Ya lo sé,
Son radiantes como el sol.
Necesitados cual ave herida.