Lazarius

En una vieja servilleta

“Aquella triste pregunta sin una respuesta

es tan símil como una tarde de sol sin su glamurosa puesta,

tan compleja como lo es el agua pura

como  lo es un tonto querer explicar de tus labios la dulzura,

ya que para ser aquel hombre de ese digno roce

se necesita más que ser hábil, ágil y puntual que las mismas doce,

y yo no seré quizás el ser más digno en el entero mundo

pero sé que de no decirlo ahogaría mis ansias en este silencio profundo…”