Atrapados existimos en un mundo que no es el nuestro
qué no aceptamos qué no queremos porque no somos
lo que queremos. Pareciéramos monitorizados de antemanos
programados por algunos quién sabe quienes.
Atrapados sin salida pasamos por este mundo.
Ofrecen y venden sin cuestionarnos siquiera.
Hechizados seguimos al canto, como al canto
aquel de las sirenas.
Pero de buen tino sería no hacerles caso a los sentidos,
ciego, mudo, y sordo ní aún resistirían, mas cómo se podría
liberarnos de tales agonías?.
Atrapado en lo mas hondo de lo nuestro muy profundo
como en minas de carbón sus signos destellan luces de diamantes,
sus signos susurran, murmullan: el alma dicta, el poeta escribe,
dictados de Libertad!.
Luz Teresa Maldonado Domínguez