El hombre de la tercera edad,
tan solo su presencia,
me hace imaginar,
que siguiendo sus pasos
voy con El atrás.
El hombre de la tecera edad,
con derecho al respeto,
en condiciones de igualdad,
sus memorias retroceden en el tiempo,
para no olvidar.
Se visualiza su historia,
su infinito recorrer,
en su lecho y solitario
su sangre lo hace estremecer.
El hombre de la tercera edad,
con ojos húmedos,
chispas plateadas,
barba semi-recortada
algo maltratada
y fuezas agotadas.
Piel no tersa,
manos asperas y temblorosas
talones agrietados
descalzo, con huaraches o calzado,
fatigado de tanto trabajar.
EL hombre de la tercera edad,
a veces preocupado,
futuro incierto a un costado,
con muchas ganas de llorar.
Sentado en el desván,
de compañero su bastón ,
con vista perdida,
pensamientos al vacío,
inclina su cabeza,
baja su mirar.
El hombre de la tercera edad,
con lúcidos momentos
ánimo de gran utilidad,
hasta que el momento ,
deno estar
tenga que llegar.
El hombre de la tercera edad
Ejemplo tan notorio,
de muchos envoltorios
de éxitos, tropiezos y caídas,
que simplemente le enseñaron
pasos firmes en la vida.
Ese hombre que hoy tratamos
invisible lo dejamos,
otras lo callamos,
de nuestro lado a ese viejo lo alejamos.
Vas bagando,
estorbo lo llamamos,
en otras ocaciones a un asilo lo llevamos.
Ese hombre sorprendente
que miramos diferente,
puede ser un familiar,
o simplemente un remitente.
Con el alma entristecida
sus recuerdos son su vida
encorvado e indefenso
con aliento agitado ya forzado,
quiere irse a descansar.
Ese hombre de la tercera edad,
ahora incomprendido,
tolerando y aceptando su destino,
se ha vuelto como un niño,
como un niño al andar.
Sus pies no responden,
poco le pueden ayudar,
quisiera que le salieran alas
y el vuelo levantar.
la muerte y la vejez ,
no la podemos retardar,
en la enfermedad ,
se lucha para mitigar.
El hombre de la tercera edad,
en el tiempo ,
semillas ha sembrado ,
trascendencia para recordar.
AUTOR: IRMA PERIBAN VILLA...MEXICO