Yo, sólo sé que cada día que,
Te veo, te miro a esos ojos
Color caramelo pardo,
sin que te des cuenta,
Y en silencio te digo: Te quieeero.
Mientras tú, con tu indiferencia,
Me estás matando.
Siempre al estar a tu lado,
Voy contemplando tus cadenciosos movimientos, cual sirenita del atardecer de Julio que pasó.
Mientras escribo estos versos
De mis puños solo parecen
salir, un te quiero.
Cada momento que hablo contigo,
Mis labios tiritan de amor,
Y con mis labios susurrando te digo:
¡Te quiero, te quiero y mucho!
Tú ni cuenta te das,
Menos escuchas mi voz,
Tampoco lees mis labios.
Cada día al despertar te busco.
Llamándote una y otra vez
Para decirte que te quiero.
¡Qué pena!, ciega y sorda,
Debes estar para no darte cuenta.
Simplemente tu indiferencia,
Me está matando.