Claudieta

TEATRO PRINCESA DE VALENCIA

Una vedette con censura

se ve al fondo.

 

La orquesta da la entrada

a la escalera,

por donde baja la lujuria

vestida de picardía;

de plumas naturales

que lo tapan todo,

sofisticada inocencia

de un teatro de lentejuelas.

 

Al caer el telón,

los aplausos dan paso

a los tramoyistas.

 

Una corrala madrileña

sirve de decorado

a una popular zarzuela.,

o acaso a un saínete

de León y Quiroga.

 

Una fría celda

 a Calderón de la Barca

y “La vida es sueño”.

 

De repente,

mutis por el foro;

en butacas y palcos

vacío y niebla.

 

 

En el teatro Princesa,

ya no suena la música

ni voces, ni aplausos,

arden sus candilejas;

como arde en su patio

el mutis de la nostalgia.,

el cuplé y la revista

monólogo de toda Valencia.