Un pájaro al anochecer escucha su canto,
Entre muros y arboles sobrevivientes,
entre las sombras del ayer y claridad de hoy
para recordar quién es, quien canta,
su vida corta, su identidad perdida,
Como el ultimo delfín agónico en la orillas,
O la caída de un árbol nativo de siglos.
Y, los miles caídos en la tierra,
la mano del hombre olvida
se confunde entre la flor y el puñal,
cierra sus ojos de fuego y apaga su canto.
Pájaro no olvides tus cantares…regresa
A beber el agua de tu identidad ausente.
Codicia, manto apegado a la piel del hombre,
Alejado del perfume de los besos, mujer y rosa abierta.
Habitantes giran en vuelo por la cordillera,
Acechan entre los árboles caídos, y sueños perdidos,
Pájaro de heridas a la intemperie,
La codicia, abandona lazos de amor,
Pájaro , habitante desolado , ya no emigras,
Es tu canto como llanto entre desaparecidos.
Es el dolor en el alma, es la vida ausente,
el cansancio después de un vuelo extenso.
De vez en cuando, cantas para ser esclavo.
Como la vida del hombre sin horizonte,
cantas para recordar tu identidad olvidada
Tu maternidad perdida, tus hijos no nacidos.
Es tu larga agonía de pájaro sin emigración.,
Te has confundido entre el rio y el mar,
Noche de tahúres y reyes codiciosos en los rincones.
Estela de la ausencia, sustento de flores en el vendaval...
(Árboles caídos y desaparecidos, y quedan aun raíces)
Sus raíces son alma, sus raíces son canto.
Y, a veces, son esperanza….de recoger lo perdido,
Beber agua cristalina, emigrar y soltar alas libres…