Callaste las palabras
Para halar con las miradas
Anunciando quizás un adiós
O un “que hubo” impersonal
Con el gesto mas frio
Con la sonrisa más simple
Que tras tu mirada
Se refleja la muerte de algo divino
De los abrazos de un pasado
De los besos furtivos
De un recuerdo soñado
Emborrachaste el alma con mentiras
Ataste el corazón con abstinencias
Para cuando me tuvieras cerca
No calleras de nuevo entre mis brazos
Y yo, como un obstinado, terco y loco
Te sigo amando.