El poeta exclamo:
No temáis por mí,
Que estaré siempre bien,
Cubierto por el manto
De la siempre buena esperanza.
Quizás cazado por miedos
Y punzantes angustias,
que me da el no tenerte,
Pero juro que lo superare,
Y estaré bien por ti,
Por ti estaré bien.
Pasado ya momentos
Después de las palabras,
La mujer amada por el poeta despertó,
Y se dio cuenta que fue solo un sueño,
Sin saber que el poeta
Siempre estuvo ahí,
amandola ala distancia.