Sufro en el silencio que sólo puede escuchar el alma errante,
Que se desvanece tras la mirada perdida, va buscando razones para no llorar,
El recuerdo de la sonrisa vivida le dice que aún hay motivos para reír,
Pero cómo hacerlo, si te llevaste los latidos de su corazón,
La congoja envenena cada fibra de su ser, y así para qué vivir,
Quién podrá convérsela de luchar, si ha perdido las ganas de amar,
Se desangra gota a gota, perdiendo así los suspiros de ti,
Dolor, dolor, únicamente existes tú, ábranle los ojos por favor,
Que ella comprende que todavía existe tú.
Qué hacer para matar tu sufrimiento, si mueres desde dentro,
No desfallezcas, lucha por ella, que algún lugar está tu doncella,
Agonía del alma herida que grita de dolor, sintiendo sólo amor,
Se remuerde, solloza y piensa en vos,
¿Dónde estará la cura?, habla, reacciona por favor,
Para qué hablar, por qué luchar, si ella me enseñó a olvidar,
No vez que mi dolor, sólo tiene una explicación,
Fui un tonto di rienda suelta a la pasión,
Y mírame hoy agonizando por amor,
Pero eso no importa, no quiero entender,
Que tú te quieres perder…
Sólo te digo duerme bien que yo desde aquí cuidaré de ti,
Y en mi último suspiro diré que por siempre te amaré…