El mundo es incierto,
en esta ciudad de las mentidas,
en este pueblo de las envidias,
en esta aldea de la verdad.
Las casas son de paja,
donde las niñas aprenden a ser mujeres,
donde los hombres se sienten superiores,
donde los seres superiores son realmente inferiores.
Los corazones son grandes,
en esos cuerpos de niños,
explotados por trabajar,
en la edad de jugar.
En esta ciudad que no para,
ni en el tiempo de descansar,
en el de estar con tu familia,
sin tener que pensar en trabajar.
En este mundo de falsas esperanzas,
de las esperanzas que se fueron volando,
por un mundo mejor que nunca llegara,
por un mundo mejor que jamás existirá,