Hasta ayer era un sabio
pero lo perdí todo a cambio de conocerte a Ti.
Hoy no sé nada más
excepto que te quiero.
Nada más tengo
excepto remos en la imaginación.
Rema la barcaza de mi corazón
sin tener a donde ir
sin querer dejar de flotar nunca
sin poder encallar cerca.
Porque el horizonte está más próximo
que uno de tus pensamientos
y mis deseos de conquistar tu alma
más perdidos que cualquier palabra.
Hoy no se nada más
excepto que te quiero.
Nada más tengo
ni siquiera un pedacito de cielo
porque nada más entiendo
que cuanto ha estado pasando.
Una suma astronómica de lo que no muere
menos yo,
y en ese hueco una de tus pertenencias.
A quién pertenece el mundo entonces
sino a quien ya lo ha tenido todo...
Nada más tengo
sólo los remos de mi corazón
ni siquiera tu amor porque es de Dios
ni siquiera el prendedor que hace pender
al agua de la imaginación